CAMPANAS DE MI PUEBLO
SEMANA SANTA EN SAN PEDRO NONUALCO.
Sí. YO me colgaba también del lazo de las campanas. Me
rozaba la palma de mi mano la cuerda hasta sangrar. Me subían dos metros de
altura. Pero no me soltaba de la cuerda de henequén. 1957. Las campanas
vinieron de Italia en los cincuenta. Vivencias infantiles en Alcaldía de San Pedro Nonualco, Nonualtecan Andino,
Cafetalera San Pedro Nonualco. ¡Que emoción¡
recordar Semana Santa. Por las calles corría detrás de las imágenes. Las
matracas – tablas de madera que se sacudían con metal incrustado en la tabla,
movidos por las manos de los niños - sonando, anunciando la procesión. TACA,
TACA, TACA, sonaban las matracas. Yo estrenaba pantalón y camisa. La procesión
del Silencio, el Santo Entierro. Una de solo hombres y una solo de mujeres;
pero por último siempre un filtrado o filtrada.
Tradición católica de 500 años en Centroamérica. Dos mil
años en la Tierra. Disfruté. Salíamos de la escuela y noveno grado a disfrutar
las vacaciones. Al mar o rio Jiboa. Las chicharras anunciaban la llegada de
SEMANA SANTA. Cantan todo el día y la noche hasta que se entierran para volver hasta
el siguiente año. Son las gallinas ciegas que se comen las raíces del frijol.
SANTO ENTIERRO.
Viernes Santos. El pueblo quieto. Nadie corre, comida
exquisita en casa. En la noche por todo el pueblo se oye la música desde el
parlante de la iglesia. Se repite y repite, hasta el cansancio. Toda la noche y
madrugada el peregrinaje con todas las imágenes de la pasión y muerte de
Jesucristo. Se paga el cargar. La primera cuadra es de diez colones – Incluyen a
mi papá Alfredo – Telegrafista del pueblo- y los Prieto, Gálvez, Hernández, y familias del centro de la ciudad.
JESÚS ENCADENADO
Suenan las cadenas. Me llaman la atención. Voy a ver la
imagen de Jesús encarcelado, esperando la sentencia. Cada media hora suenan las
cadenas y alguien dice algo: como una queja.
SAN PEDRO
“MACONDO” NONUALCO
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